Carmine Martino, un joven padre de 20 años de Carolina del Norte, fue víctima del cansancio producido por una jornada laboral de 13 horas diarias en el campo de la construcción y se quedó dormido mientras veía un partido de fútbol en la televisión con su hijo pequeño en brazos.
No fue sino hasta cuando su novia, Hayley Gavrilis, estudiante universitaria, también de 20 años y madre del bebé lo despertó desesperadamente para descubrir que su pequeño de 2 meses se había asfixiado entre el brazo de su padre y el sofá.
Carmine había pedido permiso para no ir a trabajar el 26 de noviembre del año pasado con la intención de pasarlo con su familia y así ayudar a colocar los adornos de Navidad.
Pero lamentablemente la tragedia tocó la puerta de su casa ese día cuando Lucas John Martino, su bebé de 2 meses resbalo de su pecho quedando atrapado entre su brazo y el sofá. Tristemente Lucas murió ahogado.
Hayley pensó que su hijo estaba en su cuna y había aprovechado para cerrar los ojos. Lo que nunca imagino fue que al despertar vivirían la peor experiencia de sus vidas.
Cuando ella despertó y no vio a su hijo en la cuna entró en pánico y despertó a Carmine para encontrase con la terrible realidad al ver el cuerpo de su bebé sin vida en el sofá.
Estos padres hicieron todo lo que pudieron para tratar de reanimar a Lucas, pero los paramédicos confirmaron más tarde que ya había muerto. Después de un mes de la tragedia la pareja se separó atormentada por la desgarradora experiencia que habían vivido.
A pesar de sufrir trastorno de estrés postraumático, ambos decidieron dar a conocer la triste historia con la finalidad de crear conciencia sobre el peligro al que pueden estar expuestos los bebés. Definitivamente no se puede subestimar el cansancio.
Carmine explicó que el sentimiento de culpa se apoderó de él porque sintió que le falló a su hijo, a su novia y a su familia en general.
No encuentro una manera de vivir con algo como esto y las imágenes cuando le realizaron la RCP me perseguirán para siempre».
Este joven hombre reconoce que está enfocado en intentar superar su gran dolor y aprender a vivir con eso.
Hayley fue diagnosticada con trastorno de estrés postraumático y ansiedad, reconoce que todavía tiene ataques de pánico. Los médicos le habían indicado un tratamiento de sedación que le hizo sentir que no estaba viviendo su dura realidad adecuadamente.
Haley reconoce que llora como 10 veces al día. Padece una profunda depresión y ansiedad.
Todavía estoy pasando por el proceso de duelo y cada día es peor».
Al igual que Carmine, también se siente culpable porque cree que si no se hubiera quedado dormida ese fatídico día su hijo seguiría vivo.
Después de este terrible incidente, ambos expresaron que son muy conscientes de los peligros de quedarse dormidos con un recién nacido en brazos y quieren advertir al resto de los padres para asegurarse de que otro pase por esta devastadora experiencia de vida.
Comparte esta valiosa información para evitar la muerte de otro bebé.