Los 12 niños rescatados en Tailandia permanecieron atrapados en la cueva de Tamham Luang desde el 23 de junio, sobrevivieron durante nueve días sin alimentos ni hidratación en completa oscuridad hasta que fueron localizados.
Finalmente, desde el 02 de julio comenzó el operativo de rescate que concluyó ayer tras varias jornadas en las salieron los niños y su entrenador uno a uno y acompañados de dos buzos. Fue una misión muy complicada por las condiciones de la cueva, las inundaciones y la disminución de los niveles de oxígenos.
Se revelaron los detalles del rescate y las primeras imágenes de los menores que permanecen ingresados en el hospital mientras se recuperan, afortunadamente ninguno está en peligro.
Se pudo conocer que un médico anestesiólogo australiano, Richard Harris, que participó en las labores de rescate aprobó administrarles a los menores un tranquilizante para ayudar a mantenerlos serenos ante el terrorífico camino que debían recorrer para salir de la cueva.
El doctor Harris tiene muchos años de experiencia como buzo y su ayuda fue clave para sacar con éxito a los menores y a su entrenador.
Cuando salió a la luz la información de que le administró sedantes a los niños causó polémica en la opinión pública, algunos se precipitaron y juzgaron la decisión alegando que pudo poner en riesgo la salud de los niños.
Pero el primer ministro tailandés, Prayut Chan-O-Cha, informó que les suministraron un tranquilizante menor para que los niños pudieran mantenerse tranquilos en el camino hacia su libertad.
Era un mecanismo aprobado por expertos para garantizar que un ataque de pánico no entorpeciera la salud de los niños ni el rescate. Los niños recibieron pastillas para evitar la ansiedad y el pánico mientras eran sacados de la cueva en un trayecto extremadamente oscuro, peligroso y complicado.
El primer ministro aclaró que no fueron anestesiados tal como se rumoró, que de haberlo hecho a los niños les habría resultado imposible salir. Alegó que les suministraron ansiolíticos para tranquilizarlos y no estresarlos.
Los menores con edades entre los 11 y 16 años atravesaron un camino subterráneo de 3,2 kilómetros que incluían aguas turbias y pasadizos muy angostos.
La primera jornada del rescate comenzó el domingo y duró diez horas, salieron los primeros cuatro menores y después retomaron la misión durante ocho horas. El martes se ejecutó la última etapa en la que sacaron a los últimos cuatro niños y a su entrenador de fútbol.
Después de tantos días de angustia ahora todos compartimos la dicha de saber que la misión de rescate resultó exitosa. Hicieron todo para preservar sus vidas y rendirle honor al rescatista fallecido el pasado 05 de julio. Compártelo.