Las imágenes de Juana Santiago Chávez han conmovido a millones de personas, la mujer de 85 años murió trabajando tal como lo hizo durante toda su vida en un mercado municipal de Oaxaca en México.
Trabajó hasta su último suspiro y ante la indiferencia de su familia, ella se dedicaba a comercializar productos en el mercado de Villa Etla en Oaxaca que llevaba desde su comunidad en San Juan Bautista Jayacatlán.
De acuerdo con la información de los medios de comunicación ella vendía maíz, verduras y frijol en un puesto instalado por ella misma dentro del establecimiento.
Cada mañana ella iba al mercado de Villa de Etla para trabajar, y lamentablemente el pasado miércoles los comerciantes la hallaron con la cabeza sobre sus rodillas en su silla.
Estaban consternados al comprobar que no tenía signos vitales, pidieron ayuda y un grupo de paramédicos se acercó al lugar, pero solamente pudieron confirmar el fallecimiento de Juana por causas naturales.
Adub Santos relató la historia de la anciana fallecida en su perfil de Facebook y escribió en la publicación: “Estuvo sentada así durante mucho tiempo sin que nadie notara que ya no tenía signos vitales, literalmente trabajó hasta morir y a nadie le importó”.
Las devastadoras fotos se difundieron en las redes y miles de usuarios se han conmovido, el caso de la señora Juana se ha convertido en el rostro de la pobreza extrema que sufren muchos habitantes de la localidad de Oaxaca.
Oaxaca junto a Chiapas ocupan los primeros lugares de la lista de las regiones más pobres de México según un informe emitido por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social del país.
Juana murió trabajando, en su comunidad casi 3 millones de personas viven en pobreza extrema y sobreviven en condiciones deplorables. Muchos ancianos son víctimas de abandono, y hasta los despojan de sus bienes, son casos reincidentes donde los culpables son miembros de su familia.
Las personas de la tercera edad tienen muy reducidas las oportunidades de empleo, en la mayoría de los casos las compañías consideran que son poco productivos y útiles para desempeñar el trabajo que ofrecen.
Es lamentable que algunos abuelos tengan que luchar para sobrevivir a la crisis económica que los afecta sin poder descansar y hacer actividades acordes a su edad y condición física y de salud.
El desenlace de la señora Juana nos invita a reflexionar, nadie debería ser indiferente a la dura realidad a la que se enfrentan algunos ancianos. Compártelo.