La naturaleza sin duda nos sorprende con sus distintas especies y tiernas crías que vienen al mundo -ojalá que para disfrutar de la vida en libertad-. La red está repleta de emotivos momentos que estos animales nos regalan a los humanos, especialmente cuando las hembras traen nuevas vidas y ver cómo se prodigan en amor y cuidados por sus pequeños es una gran lección para el mundo.

Recientemente, el mundo animal ha tenido a bien regalarnos un nuevo momento que ha sorprendido grandemente a quienes fueron testigos.

Se trata del preciso momento en que una cría de canguro de árbol de Goodfellow, una extraña especie difícil de ver, emerge de la bolsa de su madre después de haber permanecido en ese lugar tan seguro para él durante SEIS largos meses. ¡Es grandioso!

 

Es la primera cría en nacer en el Santuario de Healesville en Victoria, Australia, y es una especie en peligro de extinción.

Después de una revisión de rutina de la bolsa a principios de este año, los cuidadores descubrieron que Mani, la madre del canguro, tenía un pequeño bebé del tamaño de un frejol, creciendo en su interior.

Resulta que Mani y su compañero Bagam se emparejaron exitosamente a principios de 2016 como parte del proyecto de conservación del santuario, con la esperanza de proteger y recuperar la población de canguros arbóreos de Goodfellow.

El pequeño por fin asomó su cabecita al cabo de 6 meses.

En los próximos meses continuará entrando y saliendo de ese lugar seguro cada vez, y poco a poco se volverá más independiente conforme lo vaya aprendiendo de sus padres.

Como el nombre de su especie lo dice, estos raros y preciosos animales están habituados a vivir en los árboles; de hecho, suelen ser torpes en el suelo en contraposición con sus hermanos de sangre, el resto de canguros.

Se han hecho grandes esfuerzos por proteger a esta especie, por eso la tienen al interior de la reserva donde se esmeran en sus cuidados.

Las autoridades han dicho que la principal razón de su paulatina desaparición es la deforestación llegando a perder todo su hábitat, y la caza.

Actualmente, quedan apenas 2.000 ejemplares en todo el planeta.

Estas escenas son dignas de verse una y otra vez, son verdaderamente hermosos y esperamos que el santuario de Victoria, en conjunto con las otras organizaciones de vida silvestre sumen todos los esfuerzos necesarios para combatir eficazmente todo peligro que pueda amenazar su vida. A este bebé le queda mucho por aprender, pero seguramente contará con el cariño de sus padres y la protección de sus cuidadores para conseguir la independencia y la felicidad que merece.

Son imágenes adorables que nos conmueven por completo, compártelas con tus amigos y recuerda cuidar de la naturaleza. Los animales merecen que no invadamos el lugar que les pertenece.

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