Dominique O’Brien es una mujer de 25 años de Netherton en Liverpool, que asegura que no quiere tener más hijos porque perdió la confianza en los médicos después de que no detectaran la deformidad de su hijo Elliot, al que le faltaban dedos en una de sus manos.
La indignada madre dijo que “su mundo se derrumbó” cuando una de las enfermeras le dio la noticia de que su pequeño que nació en febrero no tenía algunos dedos, ni parte de la mano.
Aseguró que ahora está considerando la posibilidad de esterilizarse después de que el equipo médico no lograra diagnosticar a tiempo la deformidad de su hijo. Dominique se sometió a exploraciones de crecimiento durante su segundo embarazo después de que su primer hijo Ethan, naciera muy bajo de peso.
Pero la condición de su pequeño, que afecta a uno de cada 32 mil niños no fue diagnosticada a pesar de que se sometió a un chequeo médico cuatro días antes de dar a luz para comprobar que todo estuviera bien.
Incluso la indignada madre dijo que una de las enfermeras le dijo durante las evaluaciones a las que se sometió: “mira a tu bebé saludándote con la mano”. Después de su amarga experiencia, pide que exista una obligación legal que exija hacer exámenes exploratorios durante el embarazo en la salud pública.
Dominique dio a luz en la Maternidad de Liverpool y declaró a los medios de comunicación: “Recuerdo que asistí a mi exploración de 32 semanas cuando estaba embarazada de Elliot y la enfermera me dijo que mirara cómo me saludaba con la mano”.
“Tuve otra evaluación cuatro días antes de la cesárea y no se detectó nada. Cuando entré a dar a luz, la una enfermera me preguntó si quería que tomara fotos del bebé al momento de su nacimiento y le dije que sí”.
“Después del nacimiento la enfermera se mostró reacia a regresarme mi teléfono móvil y desde ese momento supe que algo estaba mal”, dijo Dominique.
Cuando supo la noticia fue muy duro para ella enfrentarlo. “Pasé meses sintiéndome culpable, solo pensando qué había hecho mal. No pude disfrutar de mi bebé. Pasé todo el tiempo angustiada pensando cómo pasaría la vida y cómo lo discriminarían”.
“Si hubiera sabido acerca de su condición no habría cambiado nada, pero necesitaba tiempo para prepararme”, dijo la madre.
“Toda esta experiencia me ha hecho considerar esterilizarme, he perdido toda mi confianza y no tendré más hijos”, aseguró.
La madre asegura que no quiere que otras familias sufran lo mismo, por eso insiste en la importancia de hacer evaluaciones médicas exhaustivas y que las madres cuenten con un seguimiento obligatorio en el sistema de salud pública. Comparte esta noticia.