La adicción a sustancias ilícitas puede llevar a una persona a hacer cosas que usualmente no haría, cosas que potencialmente pudieran lastimar a su familia y a ellos mismos.
Las personas que sufren de alguna adicción pueden llegar a tomar decisiones que hagan que su vida se vuelva mucho más difícil o incluso imposible de llevar todo en pos de satisfacer dicha adicción o de no querer deshacerse de la misma, tal es el caso de Meghan DiGiacomo, una joven adicta a la heroína cuyos padres la creían muerta, ya que esta había huido de su hogar sin dejar rastro.
Sin embargo, hace un par de semanas, en una entrevista realizada por Gary Tuchman para una conocida cadena de noticias, Meghan apareció junto con otra joven adicta a las drogas contando su historia sobre cómo ambas eran incapaces de dejar su adicción de lado sin importar lo mucho que lo quisieran.
Como es esperarse, cuando Paul DiGiacomo y su esposa, Julie Chandler, vieron a su hija en la televisión sintieron un enorme alivio al saber que estaba viva, además de un gran temor ya que, a pesar de estar a salvo, se encontraba viviendo en las calles de Boston, más específicamente en el área conocida como “Methadone Mile” un sitio que se reconoce por la enorme cantidad de adictos a la heroína que lo habitan.
Desesperados por recuperar a su hija, Paul ha llegado al extremo de comenzar a vivir en la calle junto a su hija hasta que esta acepte entrar en una clínica de rehabilitación para tratar su adicción.
“Nunca me voy a rendir con ella, ella no morirá, ella no puede morir”, declaró Julie entre lágrimas ya que, como toda buena madre, lo único que desea en esta vida es que su hija se encuentre sana y salva.
Por su parte, en la entrevista que dio, Meghan explicó que había perdido a su novio debido a una sobredosis de heroína.
Perdí al amor de mi vida, ambos nos sobrepasamos y cuando desperté él estaba muerto”.
Cuando él entrevistador le preguntó si tenía miedo de morir Meghan respondió: “No realmente, en ocasiones la verdad, siento que sería lo más fácil”.
No es de extrañar que Meghan se sintiera tremendamente sorprendida y preocupada cuando una mañana al despertar se encontró con su padre, totalmente dispuesto a quedarse con ella hasta que Meghan decidiera ir a rehabilitación.
Honestamente estoy más preocupada por él que por mí, estoy acostumbrada a dormir en la calle, pero ahora tiendo a ver cómo está al menos 100 veces por noche”, declaró Meghan.
Por momentos de verdad quiero ir a rehabilitación, pero después me digo que iré más tarde, soy una procrastinadora”, aseguró la joven.
Esperemos que dentro de poco su padre sea capaz de convencerla para que entre en rehabilitación y ambos puedan regresar a una vida normal y pacífica, la vida que ellos y la madre de Meghan se merecen.
Cuando se trata de drogas o de excesos, es mejor detenerse antes de que sea demasiado tarde, antes de que no puedas controlarlo.
Siempre hay una salida, ojalá que esta joven acepte la ayuda que le ofrecen. Comparte la historia de Meghan con tus amigos.