Abigail Friend y su pareja Tyler Hensley vivieron el día más feliz de su vida cuando trajeron al mundo a la hermosa Aliza Rose.
Pero el gesto más grande de amor que existe en el mundo, como es un beso, le costó la vida tras contraer herpes por un virus.
La bebé tenía solo ocho días de nacida cuando falleció con herpes neonatal por el virus HSV-1
Su madre Abigail, de 19 años, afirma que su hija estuvo totalmente sana durante las primeras 36 horas de vida, pero de pronto empezó a tener fiebre y a dejar de comer.
La inesperada enfermedad le empezó a «comer los pulmones y el cerebro», dejándola sin capacidad de respirar por sí sola y con convulsiones.
Aunque situación era crítica, los médicos les dijeron a Abigail y a Tyler que Aliza lo superaría; sin embargo, sólo 4 días después la declararon con muerte cerebral y le retiraron el soporte vital ¡Es desgarrador!
El informe médico reveló que la pequeña Aliza contrajo la infección después de haber sido besada por alguien con el virus, que generalmente se manifiesta como un herpes labial.
Pero es difícil saber a ciencia cierta quién le contagió el virus, su madre ha dicho que pudo ser el personal del hospital, pudo ser un familiar, algún portador del virus que sin desinfectarse la besó.
El virus tardó seis días y medio en destruir completamente el cuerpo de Alisa
Lo grave del virus es que si se propaga a los órganos de un bebé, casi un tercio muere aunque haya sido tratado, reveló un estudio.
Los destrozados padres no pueden superar la pérdida de su bebé, y en un afán de crear conciencia sobre esta peligrosa enfermedad, decidieron publicar su historia para advertir a otros padres. «Nunca voy a dejar de compartir la desgarradora historia de nuestra Aliza».
«No pasa un momento que no piense en ella. Está en mis pensamientos todos los días… ¡Lava tus manos, no beses a los bebés!», escribió la madre en una publicación que acumula ya más de 500,000 comentarios en línea.
«Ella comenzó a tener fiebre y no quería despertarse de sus siestas o comer, empezó a a hincharse por todo el líquido acumulado en sus pulmones. Su cerebro y sus pulmones se inflaron tanto que se podían ver todas las venas de su pecho».
«Tenía problemas para respirar y tenían que administrarle oxígeno y, finalmente tenía tantas máquinas y tubos que ni siquiera se podía decir que era un bebé… Y yo vomité de la impresión», dijo la devastada madre.
«No hay cura. Es fatal para los bebés que tienen dos semanas o menos y, si logran sobrevivir, necesitan atención las 24 horas del día durante el resto de sus vidas «, concluyó Abigail.
El herpes puede ser muy grave en los recién nacidos por su débil sistema inmunológico
No hay palabras de consuelo que puedan reparar la súbita partida de este angelito. Pero es un importante mensaje de advertencia para miles de padres que podrían estar en una situación similar.
Comparte esta desgarradora historia con todos tus amigos, podrías salvar una vida. ¡Vuela alto, pequeña Aliza!