Hay situaciones en la vida ordinaria que para muchos pueden pasar desapercibidas, pero para otros pueden convertirse en el detalle que marca la diferencia y definitivamente les hacen el día.
Es lo que le sucedió a Amanda Marquell Craft, una maestra de Noblesville, en Estados Unidos, quien presenció una escena que le robó el corazón mientras comía en un McMcdonald’s de su ciudad.
Lo que Amanda vio, si bien es algo que debería ser parte del común vivir de una sociedad, a ella le llamó poderosamente la atención por lo poco habitual que es encontrarse con escenas así.
Estaba sentada cuando vio cómo un joven de color se sentó a comer en otra de las mesas, para ver uno de los partidos de baloncesto que se había perdido. El hombre parecía muy concentrado en su hobby favorito.
Pero en cuestión de minutos una anciana se le acercó y le preguntó si podía sentarse junto a él:
“¿Te gusta comer solo?”, le dijo la anciana llamada Jan Jessup. A lo que el joven de 28 años le respondió: “Por favor hazlo”. Inmediatamente, la anciana se acomodó para comer junto a su nuevo amigo.
Entonces Amanda vio cómo el par se enfrascaron en la más amena conversación, era una de esas escenas que por más que quieras no puedes despegar la mirada por lo tiernas y conmovedoras. Así que decidió que una situación tan adorable debía ser documentada, sacó su teléfono móvil, les tomó una fotografía y la compartió en Facebook:
La imagen rápidamente dio la vuelta al mundo teniendo más de 15,000 me gusta y siendo compartida más de 7,000 veces.
Muchos de los inernautas pidieron identificar al hombre que hizo la diferencia y dejó una huella en el corazón de la anciana para siempre. Así que gracias a que la imagen se hizo viral, finalmentte pudieron dar con el héroe, Eric Haralson.
Eric dio entrevistas a varios medios y dijo que sentía que no había hecho nada extraordinario, pero que fue gratificante tener una conversación divertida y profunda con una perfecta desconocida como si se conocieran de toda la vida.
Después se supo que Jan estuvo sentada frente a un grupo de adolescentes enfrente, con los que trató de interactuar preguntándoles intrigada por el peinado de uno de ellos. Pero cuando fue a buscar servilletas y volvió a su mesa, éstos ya habían desaparecido.
La anciana pensó que los había asustado, pero ella en realidad sólo buscaba tener alguien con quien conversar, y en ese momento vio a Eric y lo abordó.
Eric contó que estuvieron juntos comiendo y charlando cerca de 45 minutos. Hablaron de todo, y de lo que “parecía ser su tema favorito: ama a tu prójimo”, dijo el joven.
El gesto de Eric ha conmovido a miles de personas en el mundo entero, y muchos insisten en que ojalá pudiéramos ver más jóvenes preocupándose por los ancianos, a quienes les debemos tanto. Ese día nos daremos cuenta que todavía hay esperanza en la humanidad.
Comparte esta conmovedora anécdota en tus redes y recuerda tener una palabra atenta con cada persona mayor que te cruces, podrías cambiar su día.