Es muy común escuchar a las madres decir que reciben un bombardeo de consejos diferentes acerca del cuidado de sus hijos, sobre todo cuando son bebés. Las opiniones son muy diversas, cada una vive la experiencia a su manera pero es muy importante tomar en cuenta objetivamente qué es lo que puede afectar al bienestar físico y emocional de un bebé, cada bebé es distinto pero las necesidades para su crecimiento adecuado son las mismas.
Con esto no queremos decir que es muy simple, pero prestando atención y aprendiendo a escuchar a nuestros bebés podemos hacer lo complejo más simple y feliz.
Vamos a hacer un recorrido por los errores más comunes:
1.- Ignorar al bebé:
Los bebés desde sus primeras horas de vida se comunican a través del llanto, emiten sonidos o agitan sus brazos. Incluso desde el vientre materno el vínculo que existe con su madre les permite comunicarse por medio de canciones, palabras, movimientos y eso les brinda bienestar emocional.
Durante los primeros cuatro meses de los bebés es cuando se establece el nivel de capacidad de respuesta entre el bebé y su madre, que se fortalece cada día y sólo años después podremos ver el resultado. Por eso es tan importante estar siempre atentos a sus expresiones faciales y su llanto, que será distinto para cada necesidad y hay que aprender a reconocerlo. Está tratando de decirnos algo y es nuestro deber escucharlo y atenderlo para propiciarle un ambiente seguro y tranquilo.
“Ignóralo, ya se le pasará. No hay que darle mucha atención”, ¿Te lo han dicho alguna vez? Probablemente sí, yo lo he oído acompañado de la típica frase: “Lo vas a malcriar, qué niñ@ tan consentid@”.
Resulta que un niño que se siente ignorado cuando necesita ayuda se sentirá constantemente angustiado y lo expresará de la manera que conoce: llorando. Quizás no es tan cómodo para algunos, pero es importante saber que un bebé es una persona, es pequeña y aunque depende de nosotros para vivir, debe ser tratado con el mismo respeto que un adulto. Es un ser humano.
¿Te gustaría que nadie te prestara atención cuando necesitas ayuda? Seguramente no y para un bebé el malestar es peor. Su sistema cerebral está desarrollándose rápidamente y aprende patrones para la vida social y para su salud física y emocional.
Es precisamente de acuerdo a la atención que reciben en sus primeros años de vida que se determinan los efectos de los genes y sus funciones. Es importante aprender a reconocer que ellos no lloran por rabia, solamente se están comunicando de la única manera que conocen y está de nuestra parte percibir qué necesitan y cómo podemos ayudarlos.
Nuestra compañía es indispensable para que se sientan seguros, un bebé ignorado probablemente será un adulto que se estresa muy fácilmente, con baja autoestima y con dificultades para relacionarse.
2.- “Déjalo que llore hasta que se duerma”
Esta frase es muy típica, sus simpatizantes alegan que los bebés tienen que acostumbrarse a dormir solos, a ser independientes, a manejar sus emociones y calmarse. El bebé depende del adulto que lo cuida para autocontrolarse.
Pues nada más equivocado que eso, ese argumento pierde sentido si pensamos que el llanto del bebé es su única forma para expresar lo que quiere, lo que siente, y no podemos ignorarlo. ¿O acaso llora por gusto?
Las consecuencias son fatales, cuando el bebé está estresado se libera cortisol, una hormona tóxica que ocasiona la muerte de las neuronas. La reactividad al estrés desordenado puede establecerse como un patrón de vida no solamente para el cerebro a través del sistema de respuesta al estrés, sino para el cuerpo a través de un nervio vago que afecta a múltiples sistemas.
Es en el primer año de vida cuando los seres humanos establecemos el sentido de confianza en el mundo, cuando las necesidades de un bebé son satisfechas ese niño aprende que las relaciones sirven de apoyo y que somos una entidad positiva capaces de lograr que nuestras necesidades sean satisfechas.
Pero si en cambio, el bebé es ignorado el niño no aprenderá a confiar ni en las relaciones ni en el mundo, ni en sí mismo.
3.- Sacudirlo:
Puede ser por juego o mucho peor, por frustración, pero en cualquier caso jamás se debe sacudir a un bebé, esto puede ocasionar que su frágil cerebro se desplace hacia adelante y hacia atrás y puede sufrir desde contusiones en el cráneo hasta hemorragias, daños cerebrales permanentes e incluso podría perder la vida.
4.- “Se va a mal acostumbrar a los brazos”:
¿Y acaso a qué se va a acostumbrar un ser que está descubriendo el mundo y depende de un adulto para vivir? Acaba de salir del vientre materno donde siempre estuvo a la temperatura adecuada y se sentía completamente seguro.
Lo más sensato para su desarrollo normal es brindarles seguridad y ellos se sentirán seguros en los brazos de sus padres, y eso importa más que la libertad que puedan necesitar estos. Esa debería ser su prioridad.
Sobre todo hasta que cumpla 18 meses es indispensable para el niño sentir el afecto y contacto cuerpo a cuerpo, para establecer vínculos.
Una separación de 3 horas diarias al día del bebé y su cuidador puede causar el suficiente estrés en el bebé para reforzar la reactividad al estrés y desarrollar déficit de memoria. También reduce la actividad de los receptores de serotonina y oxitocina.
5.- Pegarle al bebé:
Para enseñarle a un niño que una conducta no es la adecuada no es necesario recurrir a la violencia, ellos están descubriendo, aprendiendo y nosotros los adultos somos los responsables. Solamente basta darles una explicación con voz firme y comprenderán pero jamás es una opción agredirlos física o verbalmente.
Así aprenderán que para corregir a un ser querido se puede dar y recibir violencia porque “es para bien”, aprenderán la conducta por miedo pero no porque tengan conciencia de que es lo correcto.
Ellos son pequeños, pero son seres humanos ¿Le pegarías a un compañero de trabajo para corregirle algo? ¿Le pegarías a un profesor, a un hermano, a un amigo? Pues los niños se merecen el mismo respeto.
6.- Dejarlo dormir boca abajo:
La postura más recomendada por los expertos para evitar muerte súbita es que los bebés duerman boca arriba.
7.- Dejarlo solo
El régimen de aislamiento es una de las peores torturas que puede recibir un ser humano, incluso puede conducir a la psicosis. Los bebés necesitan conexión física con sus cuidadores, imagínate por un momento que te abandonaron en un lugar desconocido, donde no puedes moverte ni valerte por ti mismo aunque entiendas por qué está pasando sería terrible. Entonces ¿Por qué hacerle eso a un bebé que ni siquiera comprende la situación?
A pesar de que algunos digan que es positivo para enseñarles a ser independientes el resultado es lo contrario, esos bebés abandonados se convierten en personas necesitadas y con heridas emocionales. El miedo y la inseguridad lo expresarán con llanto, y angustia.
Solamente pensarán en sí mismos, porque aprendieron que la empatía y a compasión no son tan comunes. Es muy probable que toda su vida tenga una sensación de inseguridad.
Esta actitud conductista alega que el bebé es un “intruso” en la vida de los padres y estos deben controlarlo para que no les cause demasiadas molestias.
8.- “Que no se duerma en brazos, que aprenda a dormir sin ayuda”:
Muchas veces he oído esto. Los hábitos de sueño se aprenden desde los primeros meses de vida podemos tranquilizar a los bebés antes de ponerlos dormidos en la cuna.
Muchas veces los bebés despiertan y al sentirse desprotegidos enseguida lloran, así transmiten su angustia y miedo. Si nosotros, adultos algunas veces sentimos temor debemos comprender que los bebés necesitan mucha seguridad que solamente pueden transmitir sus padres.
Es importante ayudarlo, cantarle una canción, decirle palabras dulces, y por supuesto atenderlos cada vez que lloren.
¡No te vayas sin compartir estos útiles consejos!