Charlie Wagstaff tiene un año, vive en Hampshire, Reino Unido y podría morirse simplemente por quedarse dormido. Padece una extraña enfermedad que provoca que su sistema nervioso central no regule de forma adecuada su respiración.
Así que el pequeño tiene que vivir conectado a un respirador artificial que ha generado deformaciones en su rostro, los amigos de sus padres emprendieron una campaña para que pueda tener una máscara hecha a la medida que le ayude a enfrentar las duras adversidades que supone tener el Síndrome de Hiperventilación Central Congénito (CCHS por sus siglas en inglés).
La afección es tan rara que solo la padecen mil personas en el mundo, 70 son del Reino Unido, quienes la padecen no responden cuando sus niveles de dióxido de carbono en sangre se incrementan ni cuando se produce una concentración baja de oxígeno tal como lo haría una persona sana.
Los pacientes del extraño síndrome deben monitorizar los valores regularmente y vivir conectados a una máscara de respiración artificial cuando se quedan dormidos.
Las deformaciones en el rostro de Charlie por el uso prolongado de la máscara han causado dificultades en su desarrollo, una solución factible para prevenir que presente otras complicaciones médicas por su condición sería que usara una máscara adaptada a las dimensiones y forma de su cara.
La solidaridad de muchas personas se ha hecho presenta a través de la campaña de recaudación de fondos para el pequeño, la iniciativa surgió con la finalidad de ayudarlo a mejorar la calidad de vida. Después de haber enfrentado adversidades tan duras, los padres de Charlie están agradecidos con todos los que han colaborado con su pequeño.
Hasta el momento han recaudado más de 4.700 euros que usarán para viajar a Dinamarca y adquirir la máscara que se ajuste al rostro del pequeño.
Charlie recibió el alta médica cuando tenía cuatro meses, desde entonces han tenido que vigilar estrechamente sus niveles de oxígeno y dióxido de carbono durante la noche, no ha podido dormir como lo haría un niño normal.
Para los padres de este pequeño no representa algo placentero y relajante ver a su hijo descansar, cada vez que Charlie cierra los ojos ellos viven una pesadilla en medio de la incertidumbre y los riesgos de su enfermedad.
El niño depende estrictamente de la máscara de oxígeno para poder conciliar el sueño sin que esto implique no volver a despertar jamás. Comparte la historia de este pequeño que lucha contra una rara enfermedad.