Cuando Renae Cleary tuvo un fuerte dolor de cabeza, ella pensó que se trataba tan sólo de una migraña común. De hecho, esa dolencia era común en su familia, por lo que no le prestó demasiada atención.
Sin embargo, su médico de cabecera de confianza le recomendó que se hiciera una resonancia magnética, sólo para descartar que fuera algo más grave.
Pero tres días después, la mujer de 38 años de edad tuvo que ser llevada a Urgencias del Hospital en Perth, al noroeste de Australia.
El doctor explicó que un tumor de 2,2 cm había crecido en su cerebro y que si no lo hubieran detectado y sin tratamiento alguno, probablemente habría fallecido en 24 horas.
Renae permaneció ingresada en el Hospital Sir Charles Gardner durante cinco días bajo vigilancia continua, ya que los médicos no estaban seguros de que sobreviviría.
«Me hicieron múltiples exámenes. Se reveló que el tumor de 2,2 cm tendría que salir «, escribió Renae en una página de GoFundMe creada para pedir apoyo a la comunidad.
Menos de un mes después, la mujer logró encontrar a uno de los mejores neurocirujanos del Hospital St John of God, en Subiaco, quien procedió a extirparle el tumor.
«La operación fue todo un éxito. Todo el tumor pudo ser eliminado», dijo.
Sin embargo, aunque todo parecía marchar bien, el diagnóstico que recibió después la dejó sin palabras. Le dijeron que tenía un melanoma en fase IV, una variedad de cáncer de piel, pero no conocían la causa.
Renae se encontraba muy conmocionada con el diagnóstico, ya que reveló que constantemente revisaba su piel, por lo que nunca esperó que tuviera algo maligno en lo absoluto.
«Me asusta. Es aterrador Te enseñan a identificarlo, un lunar que cambie de tamaño, se irrite o sangre, pero a veces eso simplemente no sucede», dijo afectada.
Los médicos no tenían idea de cómo comenzó el melanoma o dónde había comenzado en su piel, ya que no había signos evidentes de crecimiento.
Renae tuvo que permanecer otras 2 semanas ingresada en el hospital. «Tenía 19 grapas en la cabeza y no podía hacer nada», dijo.
«Cuando finalmente estuve en casa no me permitieron hacer muchas tareas cotidianas, como conducir un automóvil, cocinar, levantar cualquier cosa de más de 200 g. Casi cualquier tipo de esfuerzo físico».
Después de cinco días en casa, Renae dijo que «comenzó a derramar líquido cefalorraquídeo del área donde me operaron».
«Se me exigió que volviera al hospital y me pusieran una pestaña espinal para aliviar la presión sobre el área operada y permitir que cicatrizara».
Durante este tiempo, Renae dijo que estuvo confinada en su cama de hospital durante nueve días, incapaz de moverse y con dolor.
«No podía moverme sin antes avisarle a la enfermera. Este fue el día más duro de todos. Lloré mucho. Me sentí completamente impotente».
Renae dijo que tuvo que abandonar sus estudios en enfermería y vender su departamento para pagar los elevados costos médicos del tratamiento.
Dijo que incluso ya no se puede dar el lujo de salir a comer fuera como cualquier familia, ahora tiene que conformarse con usar cupones promocionales que los recibe en Navidad y por su cumpleaños.
Renae actualmente está sobreviviendo de una combinación de dos medicamentos que efectivamente le han dado más tiempo, y está respondiendo afirmativamente, pero el veredicto final solo lo tiene Dios, ha dicho.
Por eso, decidió crear una página en Go FUnd Me, para conseguir ayuda de la gente que le pueda aliviar en algo tantos gastos en los que ha incurrido hasta la fecha.
«El costo de vivir con un Melanoma», es el título de la publicación de Renae, que ya tiene recaudado más de su objetivo. Si deseas ayudarla, puedes hacerlo desde aquí.
Nadie sabe el momento en que este tipo de enfermedades llegan, es importante que todos estemos advertidos, un diagnóstico a tiempo puede salvar una vida.
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