Todos siempre hemos tenido la curiosidad de ver qué ocurre adentro de algún establecimiento que no frecuentamos por miedo, prejuicios, entre otras cosas. En la década de los 70, un fotógrafo decidió exhibir el interior de uno de los establecimientos más famosos de su época, pero al que pocos se atrevían a entrar.
El Café Lehmitz, es un sitio que esconde mucho más que la depravación y perdición percibida desde sus afueras por personas que no son capaces de mirar más allá de una moralidad establecida por una vida de tabúes.
En el cielo no hay cerveza, por eso bebemos aquí”, eran las palabras de bienvenida del famoso café.
Una invitación atractiva que permitía poner un pie dentro de este lugar y mirar mesas repletas de diversidad e historias. Un sitio lleno de personas que hoy en día son intelectuales y otros visitantes comunes, que solo buscaban salir de lo cotidiano.
Así mismo como Anders Petersen, quien una mañana entró al Café Lehmitz desconociendo lo que sus adentros escondía, con la mera intención de beber un café y esperar a una amiga. Pero se percató que el café no era muy bueno y ya a esas horas de la mañana, el sitio estaba lleno de gente que comenzaba a alcoholizarse.
Mientras pasaba el tiempo de ocio y espera, se dispuso a bailar con una mujer, percatándose de que ese lugar no era un café común. De pronto, tomó su cámara Nikon F y empezó a retratar la realidad se aquel sitio. Un lugar donde reinaba la diversión, el baile, las apuestas, el alcohol y la prostitución.
Anders Petersen, es un fotógrafo sueco que inició este proyecto fotográfico poco común. Todas las noches visitó el café ubicado en el barrio rojo de Hamburgo, entre los años 1968 y 1970, ya no con la intención de esperar a una amiga, sino para retratar lo que la gente de fuera señalaba como perdición.
Para Anders, todas estas imágenes retratadas por él, representaban el comienzo de la liberación de la sociedad. Así fue cómo todas las fotografías de los clientes que frecuentaban el decadente café, fueron juntadas en un libro llamado “Café Lehmitz”, y fue publicado en el año 1978.
Mostró en su libro lo que para él era la dignidad humana perdida en ese sitio.
Sabía que tenía que quedarme entre esas cuatro paredes y fotografiar a la gente. Sentí que el Lehmitz era un lugar único, un sitio de encuentro para débiles que se ofrecían mutuamente simpatía y comprensión, pero al mismo tiempo era el final del trayecto”, dijo Petersen.
El propio café le permitió hacer una exposición de todas las fotos tomadas durante los dos años, lo cual atrajo a mucho más público del que creía. Llegaron todo tipo de personas e intelectuales, que querían arriesgarse a romper con la idea de su cabeza que les decía que aquel sitio era un espacio para la depravación y que estaba lleno de perdición.
Petersen plasmó en sus fotos vidas e historias. Vio más allá de la superficie, rasgo un poco más. Demostró que todos tenemos secretos, que nadie merece la exclusión en un mundo lleno de ellos. ¡Comparte estas escandalosas fotografías!