La experiencia que vivió Christina Ferrara ha conmocionado a muchas personas, ella presentó síntomas que alertaban que algo no estaba bien con su salud, entre los cuales estaba una fatiga crónica que atribuyó al estrés.
Pero además del cansancio sus encías sangraban, notó que el color de su orina era más oscuro de lo normal, pero pensó la causa era tomar poca agua, creía que todo estaba asociado a su acelerado ritmo de vida.
La joven trabajaba cuarenta horas a la semana y tenía una agenda muy ocupada, “pensé que era solo una cruel bienvenida a mis 30 años”, alegó.
Solía ingerir mucho café y bebidas energéticas para mantenerse en pie, por las noches consumía bebidas alcohólicas para tener energía. Sus síntomas fueron empeorando hasta que decidió ir al hospital, su médico recomendó realizarle análisis clínicos y comprobó que el diagnóstico era alarmante.
“Sufría altos niveles de enzimas, cuando mi médico me examinó me dijo que debía estar ingresada en el hospital y que lo más seguro era que muriera el fin de semana”, relató Christina.
Fue diagnosticada con ictericia y a las pocas horas los médicos decidieron que lo mejor para ella era permanecer en estado de coma inducido.
Christina tenía una vida normal y de pronto estaba inconsciente y en la lista de espera para obtener un trasplante de hígado en Florida, pocos días después encabezaba la lista de espera de todo el país por la gravedad de su estado de salud.
Después de que los médicos descartaran tres órganos para trasplantarlos a Christina finalmente apareció el órgano indicado, fue sometida al procedimiento quirúrgico y recuperó su estado de salud.
Afortunadamente evolucionó favorablemente, y tras un pronóstico devastador logró sobrevivir. Christina quiere difundir su caso para ayudar a todos a crear conciencia sobre la donación de órganos, ya que gracias a eso tuvo una oportunidad de vivir.
“Si mi donante no hubiera elegido donar sus órganos, no estaría aquí ahora. La persona que se registró fue mi ángel guardián”.
Cuando Christina llegó al hospital el panorama era muy grave, el médico especialista dijo que no había visto un caso en el que una enfermedad haya avanzado tan rápido. “Me hicieron preguntas cómo dónde estaba y quién era el presidente del país, las respondí todas mal. Incluso pensé que era el año 1997. Todo lo que sabía era que tenía mucho miedo”.
Todavía no han podido determinar qué causó la insuficiencia hepática que sufría, presumen que esté causada por el consumo excesivo de alcohol y la hepatitis B y C.
Ha transcurrido un año desde aquella aterradora experiencia, ya recibió el alta médica y quiere difundir su caso para promover la donación de órganos.
“Cuando te mueres no te puedes llevar tus órganos, así que salva una vida y difunde amor”, dijo Christina.
Después de su trasplante de hígado a Christina la llaman “mujer biónica”, no por tener prótesis metálicas en su cuerpo sino por su energía. El equipo médico de trasplante se quedó sorprendido de cómo ella regreso a la vida tan rápido después de recibir su nuevo hígado.
Christina quiere seguir disfrutando cada día a plenitud cuidando su salud, cada día toma medicamentos para evitar que su cuerpo rechace su nuevo hígado, tiene alto riesgo de padecer cáncer de piel y no puede consumir alimentos que sean propensos al contagio de bacterias, como el sushi.
“Mi vida es increíble desde que regresé, he podido evaluar las cosas que son importantes para mí. Mi mamá me dice que siempre quise ser el número uno y durante una semana lo fui”, dijo la joven.
La experiencia de Christina puede ayudar a alertar a otras personas sobre sus síntomas, y vigilar su salud ante cualquier cambio sin subestimar el peligro. Además, su mensaje ayuda a promover la donación de órganos para salvar vidas, compártelo.