Los padres desde el momento en que traen un hijo al mundo hacen lo que sea porque nunca les falte nada, de ahí que muchos dicen que por un hijo hasta serían capaces de «sacarse el alimento de la boca».
Esta frase que puede sonar hipotética es la cruda realidad de una madre que no tiene literalmente nada qué comer, mientras desesperadamente tiene que sacar como puede adelante a sus pequeños.
Es lo que ha tenido que vivir Ayelén, una mujer de 23 años, de Luján, Argentina, quien tras la muerte de su marido, se encuentra en la peor crisis económica después de que la familia de su difunto esposo la echara a la calle con sus 3 pequeños de 1, 3 y 6 años, y se quedara sin «pan ni pedazo».
Su historia la dio a conocer Sandra Salinas, una heroína sin capa que atiende un comedor solidario para niños de escasos recursos. El corazón de esta buena mujer se destrozó por completo cuando vio llegar a uno de los pequeños de Ayelén usando un paño envuelto en bolsas de plástico, en lugar de pañal.
“No tenía para ponerle, el dinero no me alcanza”, le había relatado la madre a Sandra.
Ayelén había lleagado al comedor «Pequeños Gigantes» pidiendo un plato de comida para sus hijos, ya que no había podido conseguir un trabajo por no tener con quién dejar a sus pequeños. Y si bien recibía un subsidio del gobierno, era insuficiente para alimentar 3 bocas, porque la suya no contaba.
La desgarradora historia de esta mujer tocó la fibra del alma de las bondadosas voluntarias del comedor, así que Sandra, en vista de tampoco disponer de más recursos para ayudarla, decidió tocar el corazón de sus amigos en Facebook.
«Hola….necesito que si pueden ayudar a uno de mis niños, es un bebé de tan sólo 1 año y medio y está usando trapo y nylon de pañal.. usa XG de cualquier marca…y también leche de cualquier marca.. El comedor Pequeños Gigantes los necesita para este bebé….gracias», escribió Sandra.
La publicación rápidamente se hizo viral y en menos de una semana surgieron más de un millón de comentarios en línea y mensajes de apoyo a la labor de estas buenas mujeres. Más de 15,000 personas compartieron la publicación y rápidamente se pusieron en marcha para ayudar a la madre del pequeño y al comedor.
“Estoy sola, no tengo casa, ando rodando de acá para allá”, relató la madre a los medios después de que su historia se volviera viral.
En una entrevista, los periodistas tuvieron que hacer serios esfuerzos por no romper a llorar cuando Ayelén comentó lo agradecida que estaba de saber que por lo menos tiene asegurados los platos de comida de sus hijos gracias al comedor. Cuando le preguntaron por su alimento, respondió:
«Yo no como casi nada, los grandes aguantamos más, en la noche me hago una sopita con lo que tenga o un té».
Las heroínas sin capa del comedor Pequeños Gigantes
Esta es la desgarradora historia de una mujer presa de la pobreza y de la ingratitud de la familia de su difunto marido, que la han tratado como si fuera un desperdicio. Pero gracias a la solidaridad de la gente, llegó la ayuda que necesitaba y con creces.
Comparte esta conmovedora historia con tus amigos y enviemos un mensaje de solidaridad a esta mujer y a las heroínas del comedor por la grandiosa labor que hacen día a día.