Ian Campbell se volvió “famoso” en las redes sociales de la noche a la mañana, después de que fuese aprehendido por la policía turca al tragar un anillo de diamantes valorado en 40.000 dólares de una joyería de Marmaris.
El sujeto, procedente de Irlanda, se encontraba en una elegante joyería turca, contemplando como un turista interesado los anillos de diamante que el establecimiento tenía para la venta. El encargado lo atendió amablemente, mostrándole varios modelos, hasta que notó que el hombre escondió uno de los ejemplares discretamente en su mano.
De inmediato el personal de la joyería cerró las puertas del establecimiento y, al verse atrapado, Ian Campbell tuvo una descabellada ocurrencia: se tragó el anillo. Los encargados de la tienda lo retuvieron en ella hasta que la policía se hizo presente.
Los funcionarios se llevaron a Ian Campbell a un hospital local, en el cual dieron expresas instrucciones a los médicos de que extrajeran la joya mediante una cirugía en caso de que el sujeto no fuese capaz de expulsarla de su cuerpo por medios naturales.
Ian Campbell quedó al cuidado del personal médico del hospital, al tiempo que algunos escoltas policiales le acompañaban en todo momento. El irlandés pasó tres días en el recinto comiendo, bebiendo, e incluso dando algunas caminatas, sin que la joya fuese recobrada naturalmente.
El irlandés ofreció declaraciones a la policía y en ellas explicó la razón de su obsesión con el anillo que se había tragado. Al parecer la esposa de Campbell murió en un accidente automovilístico hace algún tiempo.
El cuerpo de la víctima quedó atrapado en el vehículo, que cayó a un lago. Nunca pudo ser recuperado, así como tampoco el anillo de compromiso que le había dado Campbell alguna vez. La pérdida de esta joya y de su esposa, lo llevó a desarrollar una obsesión por los diamantes.
Al parecer, cuando el irlandés ve a una joya de esta categoría, quiere tenerla a como dé lugar, así sea cometiendo la insensatez de tragársela. La policía ignora si sus bizarras declaraciones son ciertas, pero permaneció bajo supervisión hospitalaria durante algunos días, hasta que el anillo llegó a su intestino.
Los funcionarios policiales sugirieron a los médicos la realización de una colonoscopia, pero fue descartada esta idea. Campbell se sometió a una cirugía y, de este modo, el codiciado anillo fue recuperado y entregado a su propietario.
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