En días recientes han descubierto que el padre del terror de los calabozos Josef Fritzl, el ingeniero austriaco de 73 años, que había engendrado siete hijos al violar a su hija cautiva en un calabozo, tenía un sótano secreto en una casa de huéspedes que él dirigía.
En 2008, el austriaco fue acusado del secuestro y la violación de su hija, a quien mantuvo encerrada durante 24 años en el subsuelo de su casa.
Obreros de la construcción han descubierto un sótano oculto en la pensión que había dirigido durante años el tristemente célebre violador austriaco Josef Fritzl, cuyo caso estremeció al país y al mundo hace casi una década.
Desenterraron áreas ocultas mientras midieron la propiedad.
La casa de huéspedes se encuentra en la ciudad de Unterach am Mondsee, cerca del lago, cerca de la ciudad noroccidental de Salzburgo.
Fritzl habría montado el hospedaje “Seestern” antes de irse en 1996 a Amstetten, donde violaría a su hija Elisabeth más de 3.000 veces en el calabozo insonorizado.
Se descubrió una antesala con una escalera que no conducía a ninguna parte detrás de una pared durante la inspección, que era necesaria debido a que la antigua casa de huéspedes nunca recibió un permiso de construcción.
Ahora lo alquila un hombre conocido solo como Helmut L, que dijo: «Hay cavidades en todas partes en la casa».
La propiedad se quemó dos veces durante la estancia de Fritzl, lo que llevó a la policía a investigarlo como un supuesto pirómano.
Según los medios locales, el “Seestern” nunca fue inspeccionado adecuadamente por la policía, incluso después de enterarse de los crímenes de Fritzl en su propiedad.
La casa de Fritzl en Amstetten fue comprada por Herbert e Ingrid Houska por solo 160.000 euros.
Ellos renovaron el edificio, que incluye múltiples apartamentos, y han alquilado los 10 espacios.
Herbert Houska dijo que vio que la restauración de la casa era como enterrar un ataúd:
«El sarcófago de Amstetten se ha ido. Creo que realmente ha surgido algo hermoso y el pasado ha sido enterrado. Muchos residentes me felicitan y están felices. Es hora de finalmente mirar hacia adelante”.
Los trabajadores de la construcción descubrieron un sótano secreto en el Seestern, donde solían correr “los Fritzls”
Solo el sótano del complejo donde Elisabeth fue retenida no está en uso, ya que las autoridades de Amstetten lo rellenaron para evitar que se convierta en un santuario para otros pervertidos.
Cuando Fritzl era dueño de la casa, ninguno de los inquilinos sabía de la tragedia que se desarrollaba debajo de ellos en el calabozo construido por Fritzl.
Un repaso a las violaciones de Josef Fritzl
- En 2008 fue acusado del secuestro y la violación de su hija, encerrada desde 1984 en un escondite insonorizado en el sótano de su casa en Amstetten, donde vivía con su esposa.
- El hombre abusó sexualmente de Elizabeth Fritzl miles de veces, desde que ella tenía 11 años, y desde los 18 años la mantuvo aislada.
- Para explicar su desaparición, le dijo a la gente que se había unido a un culto.
- En los 24 años que duró el cautiverio, Josef Fritzl tuvo 7 hijos con Elisabeth, uno de los cuales, llamado Michael, murió poco después de nacer.
- Los otros tres –Lisa, Monika y Alexander-, fueron criados por Fritzl en la casa de la familia, luego de decirles a los trabajadores sociales que los bebés habían aparecido en la puerta de su casa.
Elisabeth (izquierda) y su hija Monika (derecha), que tuvo con su padre
- Los tres restantes -Kerstin, Stefan y Felix-, fueron mantenidos en el calabozo y amenazados con ser asfixiados si intentaban escapar.
- Pero en 2008, Kerstin entró en coma y Fritzl la llevó al hospital, donde sus dientes podridos y su estado desnutrido alarmaron a los médicos.
- Fritzl permitió que Elisabeth visitara a su hija en el hospital, donde fue arrestada y expuso los horrendos crímenes de su padre.
La casa donde Elisabeth fue violada miles de veces
Actualmente está cumpliendo cadena perpetua en la prisión psiquiátrica más segura de Austria, por asesinato y violación.
El cargo de asesinato se relaciona con la muerte de Michael, que fue causada por negligencia.
En mayo, Fritzl cambió su apellido a Mayrhoff en un intento por evitar ser identificado por otros prisioneros.
Por el momento se desconoce si la Policía investigará la vivienda.
Un hecho atroz que nos estremece al recordarlo. Ahora nos queda la tranquilidad de que el perturbado hombre pasará el resto de sus días pagando por sus crímenes; sin embargo, su hija no olvidará ni por un solo instante todas y cada una de las infamias perpetradas por su padre.
En este caso se ha hecho justicia, pero quedan muchos más en los que las mujeres siguen siendo víctimas de atrocidades como esta. Es necesario denunciarlas y que la gente conozca que este tipo de barbaridades se cometen. ¡Comparte esta noticia con tus amigos!