A veces el estrés que tenemos nos impide encontrar la solución a los problemas que nos surgen de manera inesperada en la vida, y nos ofuscamos tratando de hallar la respuesta que a veces está frente a nuestros ojos y no la vemos.
Esta situación le pasó a un padre de Brasil cuando vio a su hijo con su cabeza atorada a unas barras metálicas que eran parte de la construcción de su casa en Serra, Espirito Santo, una zona al sudeste de Brasil.
Además, la abuela del niño quiso registrar en vídeo la hazaña salvadora del hombre pero realmente no funcionó porque duró nada más y nada menos que dos horas en encontrar la solución para sacar la cabeza de su hijo de las barras.
Ese vídeo se ha viralizado en todas las redes sociales brasileñas, la grabación muestra al padre tratando de mil y un formas de liberar al pequeño con su cabeza atascada. El padre se llama Rodrigo Gardine y no estuvo solo en la misión de liberar a Arthur, su hijo de 2 años, sino que Rodrigo tuvo que llamar a su padre, a su tío e incluso pensaron en llamar a los bomberos para ayudar a su hijo.
En medio de la desesperación, los hombres no se midieron o, más bien, no se detuvieron en pensar cómo hizo el pequeño niño para entrar allí, sino que optaron por halar las barras mientras que el otro halaba al niño intentando que las barras soltaran la cabeza de Arthur.
Los Gardine no encontraban solución, pero trataban cada vez más fuerte el halar o subir al niño para lograr desatorarlo de las barras metálicas.
Antes de cumplirse las dos horas ellos se sintieron fatigados y sabían que debían pensar un poco más porque si el niño entró podía salir y ahí fue cuando el bombillo de las ideas se prendió en Rodrigo Gardine.
Me llevó más de dos horas descubrir que todos nuestros esfuerzos eran una pérdida de tiempo. Era sólo una cuestión de física y una solución simple”, dice Gardine avergonzado en el vídeo.
“Arthur no había entrado con la cabeza por entre los barrotes. Habíamos estado abordando el problema completamente por el camino equivocado. Todo lo que teníamos que hacer era sacarlo de la misma manera que él había entrado. Y eso significaba hacer que Arthur girara sus hombros y saliera de lado por los barrotes”, añadió.
Y así fue y quedó en vídeo, después de dos largas horas el niño finalmente fue liberado.
“Era tan básico que me da vergüenza decir que me tomó tanto tiempo, pero me alivia que mi hijo haya salido ileso”, sentenció Rodrigo.
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