Los padres siempre se van a sentir responsables de que sus hijos se encuentren bien sin importar la edad que tengan, pero también esperan que crezcan y se desarrollen como personas independientes que al llegar a la adultez puedan valerse por sí mismos.
La mayoría de las familias funcionan de esa manera y después de un tiempo son los hijos quienes ayudan a sus padres.
Pero actualmente, muchos se convierten en adultos irresponsables y dependientes económicamente de los padres.
Algunas personas pueden vivir con sus padres toda la vida mientras los ayudan en la medida de sus posibilidades. Este no es el caso de Matthew Kerley, un joven ingles de 24 años que puede ser productivo laboral y económicamente, pero decidió que su camino sería vivir de sus padres.
Matthew, quien ya tiene un hijo y una esposa comenzó a pedirle dinero a sus padres frecuentemente.
Inventaba cosas con tal de sacar un poco de dinero de ellos, hasta que la situación se convirtió en un acoso por lo que su padre Paul de 60 años y su madre de 51, fueron a la Fiscalía donde obtuvieron una orden de restricción por causarles altos niveles de estrés y ansiedad.
Pero al parecer, Matthew tampoco entendió a través de la ley que debía hacer su vida sin molestar a sus padres.
Él continuó molestándolos una y otra vez hasta que un día llegó al punto de llamarlos 30 veces sin importar la hora, ellos recibieron llamadas incluso después de la media noche. Por lo que sus padres tuvieron que acudir nuevamente a las autoridades, que esta vez decidieron ser más estrictos.
Matthew fue llevado a juicio y condenado a 32 semanas de prisión por acoso.
Aparentemente, Matthew finalmente entendió el daño que le estaba haciendo a sus padres y reconoció que tenían que detenerlo de alguna manera.
Él también tendrá que prestar servicio a la comunidad durante 12 meses por incumplimiento de una orden de restricción, además, el tiempo en prisión parece haberle hecho bien y su actitud ha mejorado mucho desde entonces.
Es lamentable que familias tengan que pasar por esto, gracias a los caprichos y falta de interés por mejorar de algunos jóvenes.
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