Después de que la joven española de Alicante, Patricia Aguilar, fuera rescatada por su valiente padre, de manos de la secta gnóstica peruana, sus padres se han tenido que enfrentar a situaciones que aunque eran previsibles, no por eso dejan de ser duras y difíciles de sobrellevar.

Tras ser sometida a diversas pruebas médicas tanto ella, como la bebé que tuvo con el gurú de la secta, descubrieron que literalmente la estaban comiendo los mosquitos, y de no haber sido rescatada en los próximos días, indudablemente la pequeña habría muerto.

Sin embargo, además de revelarse las deplorables condiciones en las que vivían las mujeres y los niños que cayeron en las redes del hombre que les prometió un futuro trascendente, los familiares se enfrentan ahora a otra situación no menos dura. Y es que Patricia sigue bajo el «hechizo» de las teorías gnósticas de la secta, y no sólo que no rechaza todo lo vivido en el encierro, sino que hasta defiende al hombre que ahora está detenido.

Además, nuevos detalles de las condiciones en las que vivían los niños han salido a la luz, y son verdaderamente alarmantes. Cuando las autoridades llegaron para rescatarlos, no entendían lo que realmente sucedía.

Sin embargo, en poco tiempo empezaron a relatar el calvario que vivieron en manos del captor Félix Steven Manrique Gómez.

Vivían como animales, en cuadras, en una zona considerada como peligrosa en la selva peruana. Allí muchos de ellos y sus madres estaban al servicio del Príncipe Gurdieff, el mismo que logró engatusar a Patricia a través de las redes sociales, asegurándole ser un «enviado de Dios para proclamar el fin de los tiempos y purgar la humanidad repoblando la tierra con nueva descendencia».

Una pequeña aseguró que eran los niños quienes cocinaban y que además recibieron tocamientos indebidos. Les llevaban comida una vez a la semana, para de esa forma además de la droga que les proporcionaban, mantenerlos débiles y a su servicio.

Por su parte, Patricia intentó también convencer a una joven vasca para que también se uniera a la secta, hecho que después negó.

Ahora su padre sólo espera poder ver a su hija y poder entablar una conversación racional y hacerle recapacitar, pero sabe que es un largo recorrido el que tienen por delante, ya que asegura que ha sido víctima de un secuestro psicológico, y seguiría atada a su raptor a través de la hija que tiene con él, y por todo el lavado cerebral que han hecho con la joven.

Patricia, junto a otras 2 mujeres, una de ellas embarazada de 8 meses y con signos de violencia, siguen siendo evaluadas. Mientras tanto, su familia se queja de la poca protección de las autoridades españolas, ya que han juzagado que al tratarse de una joven que es mayor de edad, su huida fue libre y no puede considerarse un secuestro.

Pero lo cierto es que finalmente Patricia pudo ser liberada gracias a su padre, pero el resultado ahora mismo es que la joven se rehúsa terminantemente en volver a España, defiende al gurú de la secta, e incluso ha acusado a los medios de divulgar información que es falsa y de entrometerse en su vida.

TC

Por su parte, el gurú está acusado de trata de seres humanos, pero para las autoridades la recuperación total de todas las víctimas no supondrá una tarea sencilla.

Nos hacemos cargo de la situación tan difícil a la que se enfrentan sus padres, y a la que no se darán por vencidos. Ojalá esta joven pueda tener toda la ayuda profesional posible para que recapacite y se asiente un precedente para tantas otras jóvenes que podrían terminar igual.

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