Iris es una pobre perrita callejera, que con apenas 6 meses de edad, conoció el dolor, el maltrato y el rechazo por una enfermedad lamentable. Y ella no tenía la culpa de nada.
Debido a que creció desamparada sin un hogar desde bebé, contrajo sarna Demodex. Se trata de una grave afección de la piel, que puede impresionar a muchos, y que si no se trata a tiempo causa mucho sufrimiento en los perritos, e incluso la muerte si son cachorritos.
Su vida en las calles de Houston, Texas, ya era todo lo desoladora que se puede imaginar, pero es que además, nadie ni siquiera se le acercaba por sentir asco a su piel rota.
Nadie quería a la pobre perrita por su impactante sarna
Así vagaba por las calles, no sólo con la piel cayéndose en pedacitos, sino también con su corazón roto, por tanto rechazo, sin siquiera entender por qué.
Pero, de pronto, cuando vio a una buena mujer en la calle, una cartera que la miró sonriente, supo que sería su única oportunidad y no la iba a desaprovechar. Así que meneó su colita con toda la energía posible.
La cartera no dudó en ofrecerle todo el amor que en ese momento la perrita suplicaba. Pero, supo de inmediato que necesitaría ayuda especializada con urgencia. Publicó una foto de Iris, que afortunadamente llegó a ojos de los héroes de una organización de rescate llamada This is Hosuton, y ellos corrieron a salvarla.
Cuando al día siguiente fueron a capturar a la perrita, se encontraron con una escena llena de dolor. La pobrecita estaba repleta de llagas, con sangre y mal olor, muy desnutrida y con serios problemas en sus dientes. Por si fuera poco, ya no confiaba en los humanos.
En medio de una enfermedad devastadora, siendo tan pequeñita, se sentía sola, moribunda y sin ninguna esperanza.
Pero jamás imaginó que haber confiado en esa cartera, cambiaría su vida para siempre. Fue la primera vez que alguien le hablaba bonito, o que la miraban sin asco.
Los rescatistas la llevaron a un veterinario, donde se dieron cuenta de su gravedad, por lo que necesitaría varios baños medicados para su comezón, inyecciones antirrábicas, líquidos por vía intravenosa y una transfusión de sangre.
«Le dolía todo el cuerpo y estaba muy demacrada. No estamos seguros de cómo tuvo energía siquiera para mover la cola y llamar la atención de la cartera, pero estamos muy contentos de que la hayan notado por primera vez en su vida», escribieron sus héroes.
Iris tuvo que permanecer bajo estrictos cuidados por varias semanas. Y aunque su corazón también tenía que sanar, nunca le faltaron todas las atenciones, los cuidados y el amor que desde hace tiempo merecía.
Y con mucha paciencia y amor, al poco tiempo se vieron resultados impresionantes que hicieron llorar a muchos:
«¡Ella realmente está viviendo la buena vida ahora y aprende muy rápido! ¡Ella ya aprendió a «sentarse» y aprendió que las mantas suaves y los pequeños juguetes chirriantes pertenecen a los perros! Aprendió que nunca más tiene que pasar otro día sin comer. Aprendió que tiene un ser humano en el que puede confiar», dijeron sus rescatistas.
Después de apenas un mes de tratamiento, su apariencia cambió radicalmente. Ella ya sonreía y alegraba la vida de todo el que pasaba a su lado. Ese cuerpo demacrado, maltratado y lleno de dolor, estaba siendo sanado con aceites y masajes amorosos.
«Ella tiene una gran personalidad y está tan agradecida que sin duda hará que su familia que ya la espera sea tan feliz», concluyeron.
El refugio contó con la ayuda de Misfit Mutts Dog Rescue e Iris viajó a Wisconsin para encontrarse con su familia para siempre.
Sus héroes no pueden estar más que felices con el arduo trabajo que supuso la recuperación de Iris, pero una sonrisa de un perrito que sufrió tanto, vale toda la pena.