Un perrito de familia merece recibir todo el amor y la protección, acorde al tamaño de su fidelidad por quienes son sus personas favoritas del mundo.
Pero, tristemente, algunas veces estas criaturas especiales terminan en manos de sujetos, no sólo ingratos, sino los más despiadados, capaces de infligirles el peor daño. Cuando son ellos quienes tienen la obligación de cuidarlos y protegerlos de todo peligro, en su lugar se convierten en sus verdaderos verdugos.
Es la lamentable historia de un perrito pitbull terrier que fue usado en peleas callejeras por sus propios dueños
Se trata de Manchas, quien para colmo es el perrito más dulce, sociable y querido por todos en su vecindario. Pero su vida no siempre fue así.
Durante sus 3 primeros años de vida, su propia familia lo obligó a prestarse para las horribles peleas callejeras. Todo para lucrarse del animalito sometiéndolo al peor sufrimiento y dejándole daños muy graves en su salud y en su psiquis.
Nunca lo alimentaron bien y lo descuidaron tanto, al punto que contrajo cáncer de piel sin que nunca lo llevaran a un veterinario.
Afortunadamente, cuando Manchas ya había perdido toda esperanza de que se apiadaran de él, logró escapar de las cadenas que lo mantenían cautivo.
Así fue como de la nada llegó a la casa de un verdadero ángel que el cielo puso en su camino, Abigaíl Castro, una joven de México. Al verlo en ese estado tan deprimente, con la piel destrozada y una mirada de tristeza desgarradora, no pudo evitar romper a llorar y actuó de inmediato.
Llevó a Manchas al veterinario, donde le dijeron que estaba desnutrido y sus heridas muy infectadas, además necesitaba un tratamiento urgente para el cáncer. El diagnóstico la dejó desolada, al respecto comentó:
«Me dijo que seguramente sus anteriores dueños lo pusieron a pelear con otros perros… Sólo lo desamarraban para las peleas, el resto del tiempo pasó encadenado».
Abigaíl no tenía idea de la procedencia del perro, así que publicó una foto en las redes sociales. Al ver que nadie respondía, no lo dudó un segundo y lo adoptó para siempre.
Tras años durmiendo en la tierra, con una pesada cadena encarnándose en su piel dañada, con insectos causándole infecciones en sus heridas abiertas; las noches eran eternas, los días calurosos, y sin recibir un ápice de cariño.
Pero por suerte, todo eso ya había terminado de una vez por todas. Su nueva familia no sólo se preocupó por su salud y bienestar, lo que desde siempre mereció, sino que le dedicaban tiempo, jugaban con él y no paraban de consentirlo y decirle que lo amaban de verdad.
Un día, Abigaíl se dio cuenta de que Manchas se quedaba viendo las camitas de otros perros. Y aunque le daba curiosidad, nunca se acercaba, pero se le iban sus ojitos. Así que la mujer, que no tiene muchos recursos, hizo un gran esfuerzo y le compró una camita de acuerdo a su tamaño.
No imaginó que para Manchas ese pequeño regalo sería como un verdadero tesoro. El perrito no tardó en apoyar su cabecita, y de pronto sucedió algo que dejó a Abigaíl realmente consternada.
«Inmediatamente empezaron a salirle lagrimitas de sus ojos. Sí, estaba llorando de felicidad, y de gratitud. Tengo una foto en donde está llorando con su camita», relató Abigaíl, conmovida.
Ella enseguida se arrodilló para hablarle al oído y le dijo que era un perro ejemplar, que se merecía eso y mucho más. Que además, había sido el más valiente de todos por haber soportado tanto dolor. Le pidió perdón en nombre de la humanidad por todo el daño que le hicieron y le agradeció porque a pesar de todo, le quedaba amor en su corazón.
¡Es el final más hermoso que todos los perritos como Manchas merecen! ¡Basta ya de tanto maltrato hacia estas criaturas inocentes!