Wilmer Arias se quedó tetrapléjico cuando tenía nueve años porque una bala perdida atravesó su cuello. El niño guatemalteco estaba jugando con sus primos y el terrible incidente lo sorprendió cambiando su vida para siempre.
“Una bala perdida atravesó mi cuello. Me quedé totalmente tirado, sin poder levantarme, sin sensibilidad”, relató el joven de 28 años.
Estuvo dos meses y medio en estado de coma, y su pronóstico era devastador, pero a pesar de las dificultades no estaba dispuesto a rendirse. Wilmer fue sometido a un procedimiento quirúrgico, pero comenzó a sufrir lesiones ulcerosas en diversas partes de su cuerpo, principalmente en el sacro.
Padecía dolores muy intensos, cada día era un desafío, se vio obligado a abandonar su carrera universitaria de Administración y Dirección de Empresas en Guatemala porque los médicos le recomendaron que estuviera en reposo.
“No podía ni acostarme boca arriba, tenía mucho dolor”, comentó él.
Pensaba que su estado de salud no podría mejorar, hasta que conoció al doctor Cavadas, de Valencia España gracias a una enfermera española que trabajaba en su país.
“Me decían que mi caso no tenía solución, ni en Guatemala ni en Estados Unidos.
“No imaginaba encontrar a un médico que me salvaría de tanto dolor”, dijo Wilmer.
Cuando el doctor Cavadas lo conoció le dijo: “Estás partido en dos”, y el médico valenciano logró cambiar su vida. Se encargó de someterlo a un procedimiento quirúrgico en el que usó el hueso de su peroné para unir su columna vertebral y su pelvis.
EL CIRUJANO ESPAÑOL PEDRO CAVADAS DEVUELVE LA ILUSIÓN A EL GUATEMALTECO WILMER ARIAS
EL CIRUJANO ESPAÑOL PEDRO CAVADAS DEVUELVE LA ILUSIÓN A EL GUATEMALTECO WILMER ARIASEl cirujano español Pedro Cavadas conocido como el "Doctor Milagro" reconstruye una la separación de columna y la pelvis, al guatemalteco Wilmer Arias de 28 años, el cual se encontraba tetrapléjico desde los nueve años debido a una bala perdida.
Publicada por El Digital en Viernes, 20 de julio de 2018
Después de 20 años, el doctor reconocido en todo el mundo por sus trasplantes cambió el pronóstico de Wilmer y mejoró su calidad de vida.
“No me metía al agua desde el año 2004 y es una sensación increíble”, dijo el joven.
Wilmer ahora se puede sentar y desplazarse en silla de ruedas, planea retomar su carrera universitaria. “No me rendí y ahora puedo retomar lo que hacía y lograr muchas cosas más”.
El pasado mes de marzo, Wilmer llegó al Hospital de Manises en Valencia para someterse a dos cirugías, en la primera limpiaron su herida.
El doctor explicó: “Estaba partido en dos, por un lado, el tronco y por otro los restos de la pelvis”, aseguró que no haberse operado no se habría cerrado nunca la úlcera que tenía habría tenido una mala infección y se habría muerto”.
Después de las dos operaciones Wilmer no sufre ningún dolor y puede mantenerse sentado tras años acostado en la cama boca abajo.
A pesar de que no puede caminar logra tener más autonomía, lo primero que hizo es ir a la playa y sumergirse en el mar.
Disfrutó mucho de la experiencia y es solamente el comienzo de su nueva vida. Es admirable la labor de este médico que después le regresó la esperanza y la sonrisa, compártelo.