El tesoro más grande y valioso de un ser humano son sus hijos. Es verdad que la responsabilidad de los padres no es endosable, pero también es muy cierto que durante el proceso educativo los maestros cumplen un rol muy importante.
Los padres y los docentes deben ser aliados y conformar el mejor equipo en favor del desarrollo del niño.
Historias como estas nos llenan de satisfacción y nos conmueven el alma, Jerusha Willenborg es una maestra de tercer grado de Kansas, Estados Unidos, que no solo asiste al aula de clases para cumplir con su trabajo, sino que cada día lleva con ella el mejor regalo para sus estudiantes… un corazón lleno de amor y bondad.
Esta docente comparte cada día con sus alumnos un particular saludo. Cada uno de ellos recibe un saludo personalizado.
Definitivamente la jornada de estos niños tiene un ánimo distinto al resto tras recibir un apretón de mano, un abrazo, un beso, una pequeña coreografía, en fin, su rendimiento se ve influenciado positivamente después de recibir un caluroso saludo y una gran sonrisa.
Sin lugar a duda, los padres de estos pequeños notarán la disposición de sus hijos al cumplir con sus deberes.
Para Jerusha estos particulares saludos se han convertido en una tradición que comenzó hace cuatro años cuando uno de sus estudiantes le pidió que tuvieran un especial apretón de manos.
With the importance of treating children as individuals in mind, Jerusha Willenborg of Mueller Elementary School has an individual handshake for each one of her students. What a great example of going the extra step, cross-over, and fist bump.
Publicada por Greenleaf Productions en Viernes, 8 de septiembre de 2017
Finalmente, cada uno de sus estudiantes se motivó para tener su especial saludo. Jerusha tiene en su clase veintidós alumnos, lo que quiere decir que se tuvo que aprender esa cantidad de saludos para sus alumnos.
Una tarea un poco difícil para esta mujer, sin embargo, no imposible. Siempre habrá quien critique esta iniciativa porque la considera irrelevante y cuestione que no está dentro del programa educativo, pero lo cierto es que influye en el rendimiento y autoestima de cada uno de esos niños.
Para esta maestra, cada uno de sus alumnos son importantes, escucharlos y atender sus necesidades es un deber del docente. El niño no sólo va a la escuela a aprender matemáticas, literatura, también va a socializar e interactuar con otros niños.
Para ella los niños son increíbles.
Al final del día me saludan todos, así tengan o no un buen día y se van ese día sabiendo que me preocupo por ellos».
Es muy cierto que los valores deben ser enseñados en casa, pero en la escuela deben ser reforzados y estimulados. Los docentes deben dar un ejemplo integro que termina por sembrar una semilla que en el futuro tendrá sus frutos.
Los niños aman este saludo, para ellos es una diversión que lleva implícito un acto de amor. Comparte esta iniciativa.