El «body shaming» (burlarse de alguien por su cuerpo) es la tendencia de burlarse de otra persona, generalmente desconocida por su apariencia.
La mayoría de los comentarios son ofensivos y buscan ridiculizar a la otra persona, pero también puede desencadenar un problema mayor en la percepción de la persona sobre sí misma afectando su autoestima.
Seas delgado, gordo, atlético, rellenito, flaco u obeso, ninguna de estas condiciones está a salvo de ser usada para comentarios mal intencionados. Y gente con este pensamiento tan pobre puede encontrarse en cualquier parte, así como la chica de esta historia se encontró a uno de estos hostigadores en un vuelo de avión que parecía interminable.
La protagonista de esta historia se llama Savannah Phillips, tiene 32 años y es de talla grande, característica que ha hecho que adapte su vida a ocultarse y evitar ser vista en público. De hecho, viajar en avión es algo que ella planifica con antelación, para evitar sentarse en una fila con los asientos contiguos ocupados y estar sola para “no molestar a nadie más”.
Pero un día, el miedo de Savannah se hizo realidad cuando un vuelo desde Oklahoma hasta Chicago tuvo que ser adelantado por los pronósticos del clima sobre una tormenta que estaba por ocurrir.
Savannah no pudo elegir su asiento y la aerolínea le asignó uno, a su lado estaría un hombre de 60 años que se presentó y dijo que era comediante. El hombre llevaba puestos unos anteojos oscuros y parecía muy amistoso, pero antes de que el avión despegara esa percepción cambió por completo.
Mientras la azafata daba las habituales instrucciones a la tripulación, el comediante levantó su teléfono móvil para escribir un mensaje. La pantalla del móvil tenía el brillo al máximo y el tamaño de las letras era bastante grande, muy fácil de visualizar, y Savannah pudo percatarse que el mensaje de texto que iba a escribir el hombre se trataba de ella.
El hombre escribió que estaba sentado al lado de la “gorda apestosa”. Este comentario mal intencionado abrumó a Savannah, sintió nauseas al instante y no sabía si podía soportar todo el viaje al lado de alguien tan insensible y grosero.
Ella aún está muy insegura con ser talla grande, sumándole al peso que ganó con el embarazado de su pequeña hija que aún no ha perdido. Ella miró hacia un lado y lloró en silencio.
Chase, un hombre que estaba en el asiento de atrás, pudo ver el mismo comentario hiriente y muchos pasajeros más del vuelo pudieron notar lo afectada que quedó Savannah ante la crueldad del texto.
Aprovechando que el despegue se había retrasado por 30 minutos, Chase se levantó y le pidió al cruel hombre para cambiar de asiento. Además, le dejó claro lo hostil que fue con esos mensajes y que no lo toleraría si volviera ocurrir.
Chase se sentó junto a Savannah, empezó a hablar con ella y le dijo que todo estaría bien. Todo el viaje junto con ella pudo charlar sobre sus trabajos y familias, teniendo un rato ameno.
Savannah considera que el gentil hombre es realmente un héroe y la salvó de una situación muy triste para ella. Todos elogiaron la bondadosa acción de Chase, incluso la azafata les regaló varias bebidas a ambos.
Es bueno seguir el ejemplo de Chase y no dejar que los hostigadores se salgan con la suya, que es herir a los demás.
Comparte esta historia y no seas parte del body shaming.