Matute es un perrito callejero que durante 10 años deambuló sin hogar por la localidad de Villas de Pachuca, Hidalgo, en México.
El callejerito había sido adoptado por una familia, quien después lo abandonó a su suerte. Desde entonces, el pobre tuvo que buscarse la vida en la soledad de la calle, sorteando toda clase de peligros, hambre y necesidades.
Lo lamentable de su situación es que había pasado tanto tiempo en el desamparo, que a pesar de que muchos quisieron llevárselo a su casa, él ya no confiaba en las personas. Para él, su hogar era la calle. Sentía que allí pertenecía y no se acostumbraba a otro entorno diferente.
Matute pasó 10 años en la soledad y el desamparo
Fue así como se convirtió en el perrito de todos. Muchos lo conocían y lo amaban, le brindaban comida, mantitas y caricias siempre que podían.
Uno de los lugares que más amaba era un local de videojuegos, pero tras la pandemia éste cerró, por lo que Matute se resignó otra vez a la soledad.
Por suerte, cerca se encuentra la Farmacia Victoria, donde la dueña es una bondadosa mujer que le permitía entrar y acompañar a los trabajadores durante el día. El perrito llegaba muy puntual a primera hora de la mañana y se iba cuando cerraban.
Una de las empleadas del lugar, Dian Rivera, una verdadera amante de los animales, fue como un ángel para Matute, y enseguida se enamoró perdidamente del can.
En una publicación de Facebook, escribió:
«Matute es un perrito comunitario de Villas de Pachuca, lleva ya varios meses que está todo el día conmigo en mi trabajo, pero hoy oficialmente mi jefa hizo a Matute parte del equipo, ya trabaja aquí con nosotros en Farmacia Victoria. Pero no es un vigilante cualquiera, a él le reportan. ¡Es el jefe de seguridad!»
Así que, para que nadie quisiera pasarse de listo y no respetaran al «jefe», los empleados solicitaron mandarle a hacer su respectivo gafete, como un gesto simbólico de amor.
Entre sus principales responsabilidades están mantenerse siempre alerta para evitar robos o la presencia de gente sospechosa.
Claro está que, al ser un perrito ancianito, y dado que es el jefe, no es raro verlo tomar sus siestas a todas horas en la cómoda camita y con su abrigada mantita que tienen para él al interior de la farmacia.
«Matute siempre alerta, él solo finge que está dormido, es simple estrategia…», escribió Dian, bromeando.
Aquí lo puedes ver listo y ansioso por ir rápido a su trabajo:
Como es de suponer, Matute siempre recibe la mejor de las recompensas en comida y cariño, tanto de los empleados como de parte de los clientes.
Sin embargo, algunos internautas han mostrado su preocupación al ver que nadie lo ha adoptado y si realmente ese es el mejor lugar para él. Así que Dian aclaró:
«Él tiene una camita en un edificio de aquí donde vivo, aunque no se ha dejado domesticar, sí tiene un techo donde dormir caliente y sin pasar frío o estar bajo la lluvia. Además, no solo duerme en el edificio, también tiene un colchón en una casa atrás de la farmacia, conmigo no se queda ni en la farmacia, ya que estar encerrado a él lo estresa y se pone mal, es real, pero él duerme en un techo toda la noche».
Además, señaló que él siempre tiene sus croquetas y come pollito. Desde la farmacia se han hecho responsables de que esté al día con sus vacunas, desparasitado y esterilizado.
En este vídeo puedes conocer más detalles de este hermoso gesto de la farmacia que debería ser imitado por muchos:
Historias como estas nos llenan el ama, qué suerte tuviste Matute de al fin encontrar tu misión y tu mejor lugar para ser feliz.