Wei Mingying es una mujer china de 75 años que desde hace doce años se ha dedicado en cuerpo y alma a cuidar a su hijo, Wang Shubao, que quedó en estado de coma a los 36 años tras sufrir un grave accidente automovilístico.
Desde aquel fatídico día su hijo permanecía inconsciente mientras ella lo cuidaba día y noche, había gastado el dinero que había ahorrado durante toda su vida para pagar los gastos médicos.
Se quedó en quiebra y adquirió una deuda de 14.908,20 euros, el equivalente a 120.000 yuanes.
Era tan pobre que incluso tuvo que dejar de comer un mes entero, su amor y sacrificio para velar por su hijo no tienen límites.
Tras 12 años de angustia y dolor finalmente recuperó la esperanza cuando su hijo Wang despertó, lo primero que vio fueron las lágrimas de su madre que había estado cuidándolo cada día.
El padre de Wang había fallecido hace décadas y su madre era la única persona con la que podía contar.
Los días para la señora Wei comenzaban a las 5 de la madrugada, lavaba el rostro de su hijo, lo bañaba, lo alimentaba y lo cuidaba, le daba masajes, movía su cuerpo para evitar las ulceraciones por presión y hacía todo lo posible por verlo bien.
Su hijo ocupaba todo su tiempo, le dedicaba su vida entera pero jamás se quejó.
“Hubo una época en la que no comí por un mes, la pobreza era extrema. Mi boca, mi lengua estaba toda seca, lo único que ingería era agua”, relató la anciana que perdió 20 kilos durante estos años.
Hasta que un milagro sucedió cuando su hijo despertó con una sonrisa en el rostro, después de tanto tiempo finalmente había recuperado la conciencia.
Wang todavía no puede moverse ni hablar, pero puede escuchar a su madre y sonreírle para comunicarse con ella.
“Estoy muy contenta. Espero que se recupere por completo. Nunca voy a renunciar a él. Espero que algún día pueda decirme mamá”, dijo la señora Wei.
La emotiva historia de esta madre y su hijo ha conmovido al mundo entero, muchos usuarios de las redes han reaccionado comentando que no hay nada más poderoso que el amor de una madre. ¡Compártela!